Al hablar de didáctica de las matemáticas nos referimos a la trasmisión de reflexiones, que vienen de la lectura y de la experiencia. A lo que un profesor con vocación se dedica con la didáctica se busca provocar conceptos, demostraciones elementales, con interés, reflexión, intriga o admiración.
Una de las responsabilidades del profesor es proveer de un ambiente y situación adecuada para el logro del aprendizaje, en donde se aprovechen los conocimientos previos, los intereses se eleven.
Para que un docente pueda tener una buena didáctica necesita tener los conocimientos a enseñar; conocer y aplicar las teorías del aprendizaje para poder entender el tipo de razonamiento de los alumnos y atender sus necesidades, para crear algo no solo atractivo, también coherente y de una forma que lo puedan aprender y, las teorías epistemológicas que son referentes de la evolución del conocimiento.
Siempre debemos recordar buscar situaciones de la vida cotidiana para darle sentido e importancia a los conocimientos que transmitimos a nuestros alumnos. Algunos autores como como Nora Carbane lo llaman "hacer vivir el conocimiento" o que sea producido por los alumnos como una respuesta razonable a una situación familiar para lograr el entendimiento y la fácil captalización, para que sean aplicables a lo largo de toda su vida.
La finalidad principal de la educación es que el alumno desarrolle de manera equilibrada y armónicamente, diversas dimensiones lo lleven a formarse en lo intelectual, lo humano, lo social y lo profesional, es decir, que logre una formación integral: la cual solo se lograría mediante el desarrollo de sus aptitudes. Para ello, se debe implicar un desenvolvimiento de su personalidad, tanto desde un plano individual como en cuanto a su integración en la sociedad. Y con esta visión habrá que fomentar no solo el cultivo de sus facultades intelectuales, físicas, éticas, etc., que le confieren su carácter formativo, sino además el desarrollo de otros aspectos de incidencia social, como el lenguaje, el cálculo, etc., que configuran si sentido utilitario. Dos son pues los fines de la educación: formativo y utilitario o instructivo. Habrá que armonizar los dos objetivos: formativo y utilitario, para que al instruir, además se eduque. Pero en todo caso, ante posibles dudas puntuales sobre elección de contenidos, metodología a emplear en una situación concreta u otros distintos factores, entonces deberá guiarnos el objetivo formativo inicial al utilitario. La adquisición de conocimientos o técnicas de resolución es un medio para educar, nunca un fin primordial.
El aprendizaje de las matemáticas presupone la adquisición de un conjunto grande y poderoso de instrumentos para intentar entender la realidad, explicarla y porque no, predecirla. Su conocimiento a nivel elemental es imprescindible incluso para poder desenvolverse en la sociedad actual, y no solamente por su necesidad en las situaciones cotidianas, como el comprar, medir, vender, hacer pagos, aprovechar ofertas, etc., sino también en relación con las noticias económicas y estadísticas que emiten los medios de comunicación, y que es necesario saber interpretar para poseer un conocimiento adecuado de la realidad social.
Por tal motivo las matemáticas representan una valiosa herramienta para poder abordar otras materias, por lo que asume así el carácter como ciencia básica, por medio de esto, conocemos porque el aprendizaje de ella proporciona esquemas mentales idóneos para el trabajo intelectual, y se agrande así nuestra gran responsabilidad como profesores especializados y encargados de la enseñanza de esta gran asignatura.